viernes, 15 de febrero de 2013

¿Dónde quedó el Carpe Diem?

Hay tantas cosas que se dicen sin pensar, y otras tantas que se piensan y quedan enterradas en un rinconcito de nuestra mente... También otras de tantas que gritaríamos al cielo o susurraríamos sin poder oírnos nosotros mismos...

Mezcla de sentimientos, opiniones, críticas,... que crean un nudo poco recomendado en la garganta, que se repiten en tu cabeza una y otra vez como si de los anuncios de Antena 3 se tratase, canciones que te conducen inevitablemente en dirección contraria, peleas sin vencido ni vencedor entre cabeza y corazón, palabras que emergen de la nada, preocupaciones vanas,... 

Repetidas veces se ha dicho que la vida son dos días, ¿y si tuvieran razón? ¿Y si en el momento en el que dejas de pelear has perdido? ¿Y si la cobardía te impide avanzar?
¿Y si nos dejamos de "y si..." y empezamos a actuar por y para nosotros mismos? 

No me gustaría mirar hacia atrás dentro de una década y darme cuenta de que no he aprovechado mi tiempo al máximo, de que no me he equivocado lo suficiente para aprender lo necesario, de que no me he reído hasta el punto de aplaudir sin respiración pareciendo una foca de circo, no quiero lamentarme de haber llorado más de la cuenta, de haberle restado importancia a momentos únicos, de no haber dicho todo lo que debía decir,... 
Quizá lo que más se necesite sea tiempo, pero eso no implica que mágicamente las agujas del reloj vayan a detenerse, quizá venga bien un empujoncito, aunque sin iniciativa propia sólo nos tropezamos con nuestros propios pies...



Vivir no es sólo existir,
sino existir y crear, 
saber gozar y sufrir 
y no dormir sin soñar. 
Descansar, es empezar a morir.


Gregorio Marañón (1887-1960)

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