Puede significar que no estás llorando, y ello te permite observar el cielo sin esa cortina de agua salada que te encharca los ojos...
También puede significar que es una noche con el cielo despejado, y que sin nubes puedas apreciar un cielo lleno de puntitos brillantes...
Quizá incluso se consiga con un beso...
A su vez puede significar que la emoción por algo venidero te supera, y sin poder explicar la alegría que te invade, hacer uso de esta frase sería una acepción acertada.
Sin embargo, hay veces en las que un duro golpe puede llevarte más allá del firmamento, y es que no hace falta perder la consciencia para ver las estrellas, si no que se lo pregunten al Correcaminos.
Pocas veces, depende del lugar en el que te encuentres, podrás utilizar esta frase refiriéndote a estrellas de Hollywood, y eso que ahora mismo, pocas pueden ser llamadas así...
También están aquellos que deciden entretener a alguien diciéndoles que cuenten las estrellas para saber cuanto los quieren, otros lo hacen a sabiendas de que es una pérdida de tiempo... Lo he intentado,...y como por arte de magia, siempre van apareciendo más y más estrellas...
El único significado que se me ocurre cuando me hablan de ver las estrellas, a parte de cuando se localizan los muebles con el dedo meñique del pie en la oscuridad, es cuando leo un libro por primera vez, no es que vea las estrellas, es que me transporta sobre ellas, es el único sentido que puedo darle a esta frase sin que se me ocurra ningún obstáculo que me impida tener una panorámica de éstas...
Así que, sea cuál sea la acepción que decidáis darle a esta oración, lo importante es saber que no hay que mirar al cielo buscando estrellas cuando esté lloviendo...
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